El país de Gabriel

De la edición de 31 de marzo del Público:

El Salvador // Cualquier obispo diría de él que es uno de esos diablos socialistas salidos de las entrañas de la tierra ydispuestos a devorar a cuantos bebés se crucen en su camino. Pero no, no es un sicario de las diabólicas huestes de JoséLuis Rodríguez Belcebú. Es sólo un muchacho de Nejapa en la fiesta de las Bolas de Fuego, que conmemora la erupcióndel volcán de San Salvador del año 1917. Parece peligroso, pero no lo es. Justo lo contrario que algunos obispos.


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